Inoxidables, de Antón Merino
:club de lectura:
Normalmente solo leo ensayos, pues es raro que una novela me apasione lo suficiente como para mantener mi atención durante cientos de páginas. Los autores escriben demasiado, alargando sus novelas de una forma que, a mi juicio, es innecesaria. Por eso me gustan las historias cortas como el Hobbit de Tolkien, libros que van al grano y no dan demasiadas vueltas. Los personajes no se pasan dos capítulos completos charlando en un bar, ni aparecen secundarios prescindibles cuyo único propósito es demostrar que el autor puede escribir un libro largo y pesado.
Tampoco soy muy fan de la ciencia ficción blanda, similar a Star Wars, Doctor Who u otras sagas mainstream. Una ciencia ficción orientada a impresionar al público general, con poca ciencia y una sobredosis de ficción. Detesto especialmente las historias en las que hay dos bandos enfrentados, representando cada uno el bien y el mal. En la propia Star Wars se observa esta dicotomía, materializada en Imperio y la República. También la vemos en Doctor Who, con los señores del tiempo y los Dalek. Lo cierto es que la realidad, en ningún caso ni circunstancia, es así de clara al distinguir “buenos” y “malos”.
Con todo esto en mente, comencé a leer el libro de Antón sin muchas esperanzas, pero lo que me encontré fue algo muy, pero que muy distinto a lo que imaginaba.

Por un lado, el libro es corto, teniendo solo 271 páginas que, si uno se dedica a ello, se leen en pocas horas. Esta cifra no quiere decir que el libro esté vacío de contenido, todo lo contrario, pues suceden gran cantidad de cosas a lo largo de la narración. Esto se logra gracias a que Antón mantiene un pacing ideal, no demasiado rápido para ser caótico, ni demasiado lento para ser aburrido.
Por otro lado, la ciencia ficción presentada es dura, muy dura. El libro es más cercano a un Isaac Asimov demente y gore que a una Star Wars indie. El nivel de detalle en las descripciones del mundo, así como las explicaciones científicas de los avances realizados en doscientos veinte años de historia humana, permiten al lector más nerd sentirse parte este sistema solar futurista y macabro. Dichas explicaciones llegan al detalle de listar los materiales de construcción empleados, los neotales como el xenovralio; varios modelos de rifles con tecnología de Gauss, como los de las familias RR y RX; las distintas corporaciones y sus ideales; los sistemas políticos de los planetas; y los distintos modelos de robots de combate. Antón se abstiene también, muy acertadamente, de introducir magia en su obra, como “la fuerza” de George Lucas, o los distintos poderes que poseen ciertos personajes en el Dune de Frank Herbert.
No nos encontramos con el reduccionismo simplista de dos facciones, los humanos y las máquinas, nosotros y ellos. El autor describe un conjunto de entidades políticas del lado humano con ideales, filosofías y moralidades distintas. Por ejemplo, la megacorporación Incertum no duda en dañar civiles para su beneficio, mientras que los anarquistas marcianos o los pijos socialtecnócratas terrestres de la FDT preferirían mantenerse al margen de tales prácticas. Con estos sistemas políticos tan distintos, siendo alguno de ellos de cosecha propia, como el fractalismo, las diversas facciones humanas están siempre en tensión, cuando no en guerra, cuyas consecuencias ha llevado a una enemistad pacífica entre la tierra, marte y el resto del sistema solar. Nos encontramos ante una nueva guerra fría, pero de mayor escala y amenaza que la que tan cerca nos queda a nosotros.
El cliché de dos facciones enfrentadas es también demolido por un aspecto transversal de la historia, no abordado directamente, pero sí deducible como un problema a resolver: ¿Qué significa ser humano?. Al fin y al cabo, las personas de este futuro son, en su mayoría, resultado de prácticas de eugenesia y modificación genética, y no dudan en cambiar sus carnes naturales por implantes mecanizados de todos los tipos y formas. Brazos, ojos o corazones de metal son una ocurrencia común, difuminando la línea entre humano y máquina, sobre todo si a eso se le suma el uso, y posiblemente abuso, que los humanos hacen de las inteligencias artificiales, tanto las de clase armónica como las de clase entrópica, descritas en profundidad en varios pies de página. Con una mayoría de la civilización siendo dirigida por estas IAs, y con dicha población siendo más máquina que carne y hueso, el lector es invitado a preguntarse si, llegados a este punto, la guerra contra las máquinas supondría una guerra entre iguales.
Por su lado, las máquinas, los inoxidables, se muestran como una facción pacífica, poco interesada en la humanidad, hasta el punto de que en más de dos siglos nunca han establecido comunicación con los Homo sapiens. Esta indiferencia, combinada con sus cuerpos indestructibles y tecnología superior, hacen sentir al lector cierto terror cósmico, similar al que transmiten las obras de H. P. Lovecraft. Por estos mismos motivos, los humanos decidieron no molestarlas demasiado, hasta que se vieron inquietados por la detección de movimientos anómalos de flotas inoxidables, más allá del cinturón de Kuiper, más allá del control de sus gobiernos.
Es curioso como he podido escribir tanto sobre la obra sin mencionar prácticamente nada de la historia del libro o sus personajes. Este hecho muestra, desde luego, la tremenda profundidad de la novela de Antón, de la que espero que haya una secuela, pues el autor me ha confirmado personalmente que pretende escribir una trilogía. Todos los elementos aquí descritos, y muchos más, son contados a lo largo de una historia plagada de acción y gore, que en ningún momento hace que el lector sienta que está leyendo una enciclopedia, o lo que los ingleses llaman information dump. En definitiva, una lectura extremadamente recomendada, con la que el autor escala rápidamente puestos en mi top de escritores de ciencia ficción, superando a Herbert y Asimov, quedándose solo por detrás de Cixin Liu, por ahora.
Voy a dejar de escribir de la obra aquí. A quién le interesen las cosas de las que hablé le recomiendo encarecidamente comprar el libro en el siguiente link. Con la compra no obtendrá únicamente un gran libro, sino que apoyará a un pequeño autor local cuya carrera acaba de empezar, contribuyendo a su descubrimiento por un público mayor y, si tenemos suerte, a la publicación de una secuela.
Felicidades por el libro, Antón.
[Registro de cambios]
- 2022-06-28: añadida imagen de la portada del libro.